Amando el Amor

Amar el Amor

Todos los grandes maestros espirituales, reformadores sociales y creadores de belleza, desde los tiempos antiguos hasta nuestros días, tienen un tema común. De Budha a Jesús, de Mahavira a Mohammed, de Lao Tzu al Dalai Lama, de la Madre Teresa a Martín Luther King, de Mahatma Gandhi a Simone Weil, de Joan Baez a John Lennon, de Rumi a Goethe, de Marco Aurelio a Kant, todos ellos han condensado sus magníficas obras en una sola palabra: amor.

El amor es una ley universal, como la gravedad. Si la gravedad condiciona lo físico, el mundo exterior; el amor moldea lo metafísico, el mundo interior. Mientras la gravedad sostiene nuestra existencia material, el amor nutre nuestra vida espiritual. La gravedad es a nuestro cuerpo orgánico, lo que el amor es a nuestro cuerpo anímico: una pauta fundamental, un dinamismo organizativo.

Sin amor no hay vida, pues el amor es propósito y fundamento de la Vida.

El amor da luz a la compasión, el cuidado, la cortesía, la cooperación; es la base esencial de la familia, la amistad, el compañerismo y la comunidad. La falta de amor genera desarmonía y destrucción, incomprensión e inconsciencia, trauma y muerte. Solamente en el amor se encuentra el fin de la separación, es decir, el principio de la conexión cordial, la comunicación consciente y la comunión creadora.

Sea cual sea el problema, el amor forma parte de la solución; sea cual sea la pregunta, el amor es un ingrediente de la respuesta. Cualquier sufrimiento y patología del espíritu humano puede ser tratado eficazmente con el poder sanador del Amor: el orgullo y la ofuscación, la depresión y la desesperación, la inconsciencia y la ignorancia… La medicina que más cura se llama amor.

La realización del principio de Amor marcará la diferencia entre extinción y evolución para la Humanidad del siglo XXI. Cuanto menos se realiza el principio del amor, más se obstruye o se contraviene la tendencia de evolución a favor de la Vida; cuanto más se realiza el amor, más se vitaliza la Vida. Para vivir verdaderamente hay que amar, amando, en primer lugar, al propio amor.

Blai Dalmau Solé
Abril del 2024