La Plenitud de las Personas

La Plenitud de las Personas

Observando la historia de la Vida comprobamos que, pese a algunos retrocesos momentáneos, la evolución sigue invariablemente un proceso en el que cada vez las formas van adquiriendo mayor complejidad, es decir, alcanzan progresivamente la trascendencia y la inclusión, la síntesis y la superación, de las formas anteriores. Esta tendencia genera mayor diversidad, mayor autonomía, más cooperación: la Vida persigue la plenitud.

El anhelo de plenitud personal surge, así pues, de la esencia misma de nuestra existencia, de nuestra propia fuente, de lo que constituye nuestro centro. Por eso la filósofa Mónica Cavallé afirma que “vivenciamos la ausencia de plenitud como algo antinatural porque nuestra naturaleza profunda es plenitud, porque en nosotros existe una demanda de plenitud y un “recuerdo” de la misma”.

Pero este “recuerdo” a menudo es nebuloso. Nuestra tarea vital consiste, por tanto, tal y como sugería Sócrates, en reencontrar la lógica inherente a nuestro ser esencial: las ideas del Bien, de la Verdad y de la Belleza inscritas en la matriz de nuestro mundo interior. Y realizarlas en nuestro mundo exterior. Ésta es otra manera de describir la plenitud: la actualización de nuestro potencial virtuoso. Ser nosotros mismos, en nuestra mejor versión, en cada momento, en cada aspecto.

Blai Dalmau Solé
Alt Empordà, Otoño del 2023

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